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"VOLUNTARIADO"

La Corporación Centro de Estudios Regionales y Urbanos para la Sostenibilidad – CERUS, en el marco de su compromiso con la construcción de conocimiento colectivo, el fortalecimiento del tejido social y el desarrollo territorial sostenible ha creado el programa de voluntariado “Voces del Territorio”. Esta política establece los lineamientos que rigen la vinculación, participación y retiro de personas voluntarias en los procesos sociales, investigativos, formativos y de gestión del conocimiento liderados por la Corporación. Este programa busca potenciar la proyección social de CERUS mediante el vínculo con personas comprometidas con la transformación de sus realidades locales, acompañando procesos de investigación, formación, sensibilización y acción territorial. Representando una herramienta fundamental para proyectar socialmente el quehacer institucional, promoviendo la participación de ciudadanos comprometidos con el estudio integral del territorio. .

A nivel global, el voluntariado ha sido ampliamente reconocido como una herramienta de transformación social y de fortalecimiento de las democracias participativas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a través del Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), promueve el voluntariado como “una forma poderosa de involucrar a las personas en el desarrollo, reforzar la cohesión social y construir sociedades resilientes” (VNU, 2021). Igualmente, la UNESCO considera al voluntariado como un componente esencial para lograr la educación inclusiva, la equidad, el desarrollo cultural y la sostenibilidad ambiental, elementos clave en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hacen un llamado explícito a la participación de la sociedad civil, incluyendo voluntarios, en la erradicación de la pobreza, la educación de calidad, la igualdad de género, la acción por el clima y la construcción de alianzas para el desarrollo (ODS 17). En este sentido, el voluntariado se reconoce como una estrategia de intervención colaborativa que permite el empoderamiento de comunidades y el fortalecimiento de capacidades locales en múltiples escalas.

En Colombia, el marco jurídico el voluntariado se encuentra establecido principalmente en la Ley 720 de 2001, la cual define el voluntariado como un conjunto de actividades de interés general, desarrolladas por personas naturales, por propia iniciativa, en forma solidaria, altruista y sin remuneración. Esta ley, además de reconocer los derechos y deberes de los voluntarios y de las organizaciones receptoras, establece criterios para su protección, acompañamiento y certificación. Posteriormente, el país adoptó la Política Pública Nacional de Voluntariado (2019), la cual establece una hoja de ruta para integrar el voluntariado con las políticas sociales, culturales, ambientales y de desarrollo económico. Esta política promueve el reconocimiento del voluntariado como una práctica ciudadana que fortalece el tejido social, promueve la corresponsabilidad y propicia la transformación positiva del entorno. Este marco se articula con políticas como la de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI), que fomentan la apropiación social del conocimiento, la participación comunitaria en procesos investigativos y la descentralización de la producción científica. Documentos como el CONPES 3582 de 2009 y el Plan Nacional de Desarrollo 2022–2026 han resaltado la importancia de fortalecer las capacidades regionales de investigación e innovación a través de enfoques territoriales, colaborativos y participativos. Además, como lo establece el Plan Estratégico de CERUS, el fortalecimiento del sistema de ciencia y tecnología en Colombia requiere alianzas entre el Estado, la academia, el sector privado y la sociedad civil, destacando la necesidad de incluir a centros de investigación como actores clave en la democratización del conocimiento (Plan Estratégico Institucional CERUS, 2021–2025, p. 7).

La Corporación Centro de Estudios Regionales y Urbanos para la Sostenibilidad (CERUS), en su búsqueda por ser reconocida como centro de investigación por el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTeI), promueve el estudio del territorio desde una perspectiva integral y multidimensional. Su objeto social abarca las dimensiones físico-espacial, socioeconómica, cultural, jurídica, administrativa, ambiental y de gestión, en escalas urbana, rural y regional, con el fin de generar bienes públicos de conocimiento para el país (Plan Estratégico Institucional, p. 13). En coherencia con su Misión y Visión, CERUS busca consolidarse como un referente nacional en la generación de nuevo conocimiento con impacto social, involucrando activamente a las comunidades y actores sociales en sus procesos de investigación, formación y asesoría. En este marco, el voluntariado del programa “Voces del Territorio” se convierte en una estrategia operativa y pedagógica clave.para ampliar el alcance de los procesos de apropiación del conocimiento, fortalecer los vínculos comunitarios y consolidar relaciones con el sector externo (objetivo estratégico 3 del PEI, p. 21). El programa se alinea con el marco praxeológico de CERUS, que reconoce al territorio como un espacio históricamente construido y dinámico, producto de relaciones sociales cambiantes, donde la acción voluntaria contribuye al entendimiento y transformación de las realidades locales (Plan Estratégico Institucional, p. 10–11). Asimismo, se articula con la innovación social y la generación de redes de colaboración como elementos indispensables para el cumplimiento de su misión.

La Política de Voluntariado “Voces del Territorio” se sustenta en una concepción crítica, territorial y participativa del desarrollo, que reconoce en el voluntariado no solo una acción solidaria, sino una práctica transformadora con capacidad de incidir en las estructuras sociales, espaciales y del conocimiento. Desde esta perspectiva, el voluntariado es comprendido como una práctica social transformadora, que desborda el asistencialismo y se convierte en una forma activa de ejercer la ciudadanía. Es una herramienta de empoderamiento comunitario, diálogo de saberes y generación de vínculos solidarios que propicia el compromiso ético con los desafíos colectivos del país (UNV, 2021). En CERUS, esta acción voluntaria se articula directamente con la proyección social de su quehacer investigativo y formativo, permitiendo una conexión viva entre la producción de conocimiento y las realidades del territorio. Este territorio, a su vez, no es comprendido únicamente como un espacio geográfico o físico, sino como una construcción social, histórica y simbólica, que emerge de las relaciones entre actores, instituciones, comunidades, saberes y poderes (Raffestin, 1980). El voluntariado, en este marco, se constituye como una práctica de apropiación territorial, pues permite analizar, intervenir y transformar el espacio desde una lógica situada, relacional y colectiva. El territorio es, por tanto, el escenario central donde el voluntariado actúa, se forma y se construye con sentido. Uno de los aportes más significativos de esta acción voluntaria es su capacidad para facilitar la apropiación social del conocimiento. Esta implica no solo el acceso a la información, sino su resignificación colectiva, su contextualización crítica y su uso transformador por parte de las comunidades. En este sentido, el voluntariado se convierte en un puente entre el conocimiento científico y las prácticas sociales, promoviendo procesos de aprendizaje colaborativo, diálogo intercultural y producción de soluciones contextualizadas a las problemáticas del entorno (MinCiencias, 2021). En este marco , se reconoce que los territorios están atravesados por profundas desigualdades espaciales. Siguiendo a Edward Soja (2010), el concepto de justicia espacial permite comprender cómo la exclusión, la segregación y la marginalidad se reproducen en el espacio, afectando de forma diferenciada a ciertos grupos sociales. La acción voluntaria, tiene el potencial de visibilizar estas desigualdades, contribuir a su superación y garantizar una participación más justa y equitativa en la producción y uso del territorio. Así, el voluntariado en CERUS se alinea con el objetivo de democratizar el acceso a los recursos, los saberes y el derecho a habitar dignamente el espacio. Finalmente, este enfoque se entrelaza con la innovación social y la participación territorial. El voluntariado es concebido como un laboratorio vivo de innovación, en el que se gestan nuevas formas de abordar problemas sociales desde la acción colaborativa, la creatividad comunitaria y la co-construcción de conocimiento. Las personas voluntarias, desde sus diversos perfiles, aportan a la transformación social no solo desde lo técnico o lo operativo, sino desde su capacidad de imaginar, actuar y tejer colectivamente alternativas sostenibles y justas. .

El presente marco conceptual orienta la comprensión de los fundamentos teóricos y prácticos que sustentan la acción voluntaria dentro del programa “Voces del Territorio”. A partir de la experiencia institucional de CERUS y de referentes nacionales e internacionales, se construyen las definiciones clave que guían esta política. El voluntariado es una práctica social mediante la cual una persona, de manera libre, consciente, solidaria y sin ánimo de lucro, contribuye con su tiempo, conocimiento o habilidades al bienestar de la sociedad o al interés general. En Colombia, esta definición está consignada en la Ley 720 de 2001, que resalta su carácter altruista y desinteresado, así como su papel transformador. A nivel internacional, el voluntariado es reconocido como una forma de ciudadanía activa, participación democrática y fortalecimiento de la cohesión social. Según el Programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU), “el voluntariado puede transformar el ritmo y la naturaleza del desarrollo y beneficia tanto a la sociedad en general como al propio voluntario” (VNU, 2021). En el contexto de CERUS, el voluntariado se entiende como una acción colaborativa con sentido territorial, que fortalece la relación entre el conocimiento científico, las realidades locales y las prácticas sociales, promoviendo procesos de innovación social, apropiación del saber y transformación comunitaria. CERUS comprende el territorio como una construcción social e histórica, que va más allá del espacio físico para incorporar las relaciones de poder, las dinámicas culturales, las estructuras económicas y las formas de apropiación del espacio por parte de los actores sociales. En su Marco Praxeológico (PEI CERUS, 2021, p. 10), se establece que el territorio es el resultado de procesos de apropiación, dominación, resistencia y transformación social, que varían en el tiempo y se expresan en escalas urbanas, rurales y regionales. Esta visión implica un enfoque integral, multidimensional y crítico, desde el cual el voluntariado puede actuar como agente de conocimiento y cambio. La apropiación social del conocimiento (ASC) se refiere a los procesos mediante los cuales las comunidades comprenden, reinterpretan, utilizan y transforman el conocimiento científico o técnico, convirtiéndolo en una herramienta de empoderamiento y desarrollo. En CERUS, la ASC es una de las líneas misionales y una dimensión clave de la proyección social. Los voluntarios de “Voces del Territorio” participan activamente en procesos de diálogo de saberes, facilitación pedagógica, producción colaborativa de contenidos y acompañamiento en territorios, lo cual convierte su acción en un puente entre el conocimiento técnico y la práctica social. La proyección social en CERUS se entiende como el conjunto de estrategias, acciones y vínculos que permiten articular el quehacer investigativo con las dinámicas comunitarias, institucionales y sociales, a partir del principio de responsabilidad social territorial. En este sentido, el voluntariado es una expresión de la proyección social, ya que potencia la incidencia de la corporación en contextos locales, apoya procesos de investigación aplicada, educación no formal y participación ciudadana, y contribuye a fortalecer redes de colaboración e impacto. La innovación social hace referencia a la creación de nuevas respuestas a problemas sociales complejos a través de la participación de actores locales, la creatividad comunitaria y el trabajo colaborativo. A diferencia de la innovación tecnológica, se enfoca en transformar relaciones sociales, prácticas institucionales y procesos culturales. En línea con su Objetivo Estratégico 5 (“Innovación y competitividad”), CERUS considera que el voluntariado es un laboratorio vivo de innovación social, donde se exploran formas colectivas de construir conocimiento, generar alianzas y transformar realidades. La ciudadanía participativa es el ejercicio activo de los derechos y deberes por parte de las personas, más allá del voto, mediante la intervención directa en asuntos públicos, procesos territoriales y decisiones comunitarias. El voluntariado promueve la ciudadanía participativa al brindar espacios de involucramiento en temas de interés general como la sostenibilidad, la equidad territorial, la educación ambiental y el fortalecimiento comunitario .
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"OBJETIVOS GENERALES"

Establecer las directrices que rigen la participación voluntaria en procesos sociales e investigativos en CERUS a través del programa “Voces del Territorio”, por medio de las líneas de investigación, contribuyendo al cumplimiento de su misión y visión institucional.

"OBJETIVOS ESPECIFICOS"

Articular el voluntariado con las líneas de investigación, formación y apropiación social de conocimiento.

Establecer condiciones éticas, operativas y organizativas para la participación del personal voluntario en CERUS.

Fomentar la formación, el reconocimiento y el crecimiento personal de las personas voluntarios.

Fortalecer el vínculo entre CERUS y las comunidades mediante prácticas transformadoras.

"PRINCIPIOS DEL VOLUNTARIADO"

Descripción institucional

El voluntariado en CERUS parte del reconocimiento del territorio como una construcción social, histórica y cultural. Por ello, las acciones voluntarias deben responder a realidades específicas, partiendo del respeto por los saberes locales, las dinámicas comunitarias y las particularidades socioculturales de cada contexto. El compromiso territorial implica sensibilidad, escucha activa, y voluntad de construir desde lo local.

El voluntariado es una forma de compromiso social desde la reciprocidad, la equidad y el aprendizaje mutuo. Este principio promueve la idea de una solidaridad que construye puentes, desmonta privilegios y potencia capacidades colectivas para transformar las condiciones de vida en los territorios.

Toda acción voluntaria debe realizarse desde el respeto, la autonomía y la decisión libre. Se espera que las personas voluntarias participen de manera consciente, crítica y activa, comprometiéndose con los procesos en los que se vinculan, cuidando la palabra, la acción y el impacto de su presencia en las comunidades.

Uno de los pilares de CERUS es promover la democratización del saber. Por eso, el voluntariado se basa en la creación colectiva del conocimiento, el diálogo de saberes y la circulación pedagógica de ideas. Las y los voluntarios son agentes clave en los procesos de apropiación del conocimiento, facilitando su comprensión, contextualización y aplicación en escenarios reales.

El voluntariado debe promover espacios libres de discriminación, sexismo, racismo, clasismo o cualquier forma de exclusión. Se reconoce la diversidad como una riqueza y se valora la pluralidad de voces, trayectorias de vida, culturas, géneros y orientaciones. Este principio invita a construir relaciones basadas en la dignidad y el reconocimiento mutuo.

La experiencia del voluntariado es también una experiencia de aprendizaje. CERUS entiende el voluntariado como un proceso formativo constante, en el que se promueve la reflexión crítica, el análisis del contexto, el trabajo colaborativo y el fortalecimiento de habilidades personales, sociales y metodológicas.

El actuar voluntario debe ser coherente con los principios institucionales de CERUS, especialmente con su enfoque de sostenibilidad, justicia territorial y construcción de bienes públicos de conocimiento. Esto implica asumir con responsabilidad las tareas encomendadas, respetar los tiempos y compromisos asumidos, y reconocer el impacto de cada acción sobre los procesos colectivos.

La política de voluntariado se fundamenta en una lógica de cooperación, no de competencia. Se espera que las personas voluntarias construyan vínculos de confianza, diálogo y colaboración entre sí, con los equipos institucionales y con los actores comunitarios, comprendiendo que el trabajo en red es clave para el alcance e impacto de las acciones.

El ejercicio del voluntariado debe regirse por el respeto a la información, la protección de datos y la transparencia en la comunicación. Se espera que las y los voluntarios actúen de manera responsable, ética y sensible en todos los espacios donde participen.

El voluntariado debe contribuir a imaginar, crear y proponer nuevas formas de intervenir en lo social. Este principio impulsa a que las personas voluntarias, desde sus saberes y perspectivas, se sumen a procesos de innovación social que fortalezcan la relación entre el conocimiento y la acción transformadora

El voluntariado en CERUS se fundamenta en la convicción de que el territorio es un escenario de disputa por los derechos, las oportunidades y la visibilidad. Promover la justicia espacial implica actuar contra las desigualdades en la distribución de recursos, servicios y condiciones de vida que afectan a distintas poblaciones, especialmente en zonas marginadas o periféricas. Este principio orienta el accionar voluntario hacia la redistribución equitativa del conocimiento, la participación y la capacidad de decisión sobre el espacio, reconociendo a las comunidades como protagonistas de sus transformaciones.
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"ACTORES"

La Corporación CERUS ha definido tres niveles de voluntariado: Básico, Medio y Avanzado, según el grado de formación académica, la naturaleza de las actividades, el nivel de compromiso y los productos esperados. Esta clasificación permite una vinculación progresiva, formativa y pertinente con los procesos misionales.

Las siglas T.C.O. representa Tiempo de Dedicación en Campo y/o Oficina y T.P.C. representa Tiempo de Dedicación para Producto de Conocimiento.

"PERFIL DEL VOLUNTARIO/A CERUS"

La Corporación CERUS ha definido tres niveles de voluntariado: Básico, Medio y Avanzado, según el grado de formación académica, descrito de la siguiente manera:

🟢 Nivel Básico

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Nivel Básico
🟡 Nivel Medio

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Nivel Medio
🔴 Nivel Avanzado

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Nivel Avanzado

VALORES Y DERECHOS DE VOLUNTARIADO/A

Los valores que orientan el comportamiento de las personas voluntarias del programa “Voces del Territorio” están alineados con la misión de CERUS y su compromiso con la transformación territorial desde la ética del conocimiento, la justicia social y el respeto por la diversidad:

CERUS garantiza a todas las personas voluntarias el respeto por su dignidad, bienestar y condiciones adecuadas para el desarrollo de sus funciones. Por tanto, los voluntarios/as tienen derecho a:

"MODALIDADES DE VOLUNTARIADO"

El programa “Voces del Territorio” reconoce la diversidad de perfiles, saberes y formas de participación que pueden aportar al fortalecimiento institucional de CERUS. Por ello, establece modalidades de voluntariado según el tipo de actividad, competencias requeridas y su relación con los procesos del Centro de Estudios. Estas modalidades no son excluyentes y pueden articularse entre sí según la naturaleza del proyecto o iniciativa.

"OPERATIVIZACIÓN"

La implementación de la Política de Voluntariado “Voces del Territorio” se desarrollará de manera progresiva y contextualizada, mediante lineamientos operativos que serán definidos por la Dirección Ejecutiva de CERUS o la instancia que se delegue para tal fin. Dichos lineamientos responderán a las realidades territoriales, los aprendizajes institucionales y las dinámicas propias de cada comunidad o proyecto. Esta operativización se construirá bajo principios de flexibilidad, pertinencia territorial, y corresponsabilidad institucional, y podrá incluir —entre otros instrumentos— protocolos de inducción, manuales de funciones, rutas de formación, mecanismos de evaluación, formatos de vinculación, así como lineamientos éticos y metodológicos para cada modalidad de voluntariado. Así mismo, se fomentará la participación de los propios voluntarios/as en los procesos de diseño, evaluación y mejora de los componentes operativos, garantizando así una gobernanza participativa del programa. La política será un marco orientador vivo, adaptable y en permanente revisión, coherente con el carácter situado, ético y transformador del voluntariado en CERUS.

Modalidades de Voluntariado

"ACTIVIDADES"

Las actividades del voluntariado se estructuran de acuerdo con las modalidades definidas y en función de las necesidades de cada proyecto, comunidad o línea estratégica. Su planeación y desarrollo estarán guiados por la ruta operativa institucional y se adaptarán al enfoque territorial y participativo de CERUS. Las actividades pueden incluir, entre otras:

Acompañamiento a procesos comunitarios, pedagógicos, investigativos o administrativos.

Facilitación de talleres, encuentros formativos, campañas educativas o actividades en territorio.

Producción de materiales pedagógicos, técnicos o de divulgación científica.

Apoyo logístico y operativo en la realización de eventos, salidas de campo o actividades virtuales.

Sistematización de experiencias, recolección de información, producción de informes.

Asesoría, mentoría o tutoría según el nivel de formación o experiencia del voluntario/a.

Estas actividades estarán mediadas por principios de justicia espacial, apropiación social del conocimiento y sostenibilidad territorial. El diseño específico de cada actividad será definido en el plan de acción o en los proyectos donde se vincule cada voluntario/a.

Actividad 1

Acompañamiento comunitario

Actividad 2

Talleres y formación

Actividad 3

Materiales pedagógicos

"RECONOCIMIENTO"

CERUS promueve una cultura de reconocimiento que dignifica el aporte del voluntariado y lo integra como parte fundamental del quehacer del Centro de Estudios. El reconocimiento se realizará por medio de un sistema de insignias simbólicas, certificaciones oficiales y visibilidad institucional.

Sistema de Insignias (según nivel):

Insignia Raíz – Voluntariado Básico: Participación en actividades comunitarias, administrativas o logísticas.

Insignia Territorio – Voluntariado Medio: Aportes en procesos de investigación aplicada, formación y sistematización.

Insignia Horizonte – Voluntariado Avanzado: Liderazgo en proyectos investigativos, académicos o de apropiación territorial.

Otros reconocimientos incluyen:

Certificados de participación, competencias o experiencia.

Menciones públicas en redes sociales, boletines, eventos o publicaciones.

Oportunidad de publicación en medios institucionales (revistas, libros, memorias).

Inclusión en la Red de Voluntariado CERUS y prioridad en convocatorias futuras.

Posibilidad de acceder a becas, descuentos u homologaciones (cuando aplique).

Voluntariado CERUS

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